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  Рыцарь в болотных сапогах ( Слушатель )
02 июн 2009 в 06:40

Тред №114171

новая дискуссия Дискуссия  135

А я вот тоже вводную про империи запощу. Только на испанском. Чавесу чтоли отослать? Ему 100% понравится  :D

    No sé qué quiero…   Las flores con la música o acuchillar a alguien


El modelo imperial de los Estados Unidos

Últimamente, con mayor frecuencia, los Estados Unidos son llamados como El Imperio. De hecho esto es correcto, pero la mayoría de la gente lo entiende primero en el concepto de hegemonía ideológica y militar. Esto no es 100% cierto. La hegemonía ideológica y militar es sólo una herramienta para realizar los objetivos imperiales, y no es su contenido. El objetivo verdadero de la existencia de cualquier imperio,  no importaba ni de qué pueblo lo ha creado, ni en qué tiempo ha existido, ni qué pública, política o ideológica base ha tenido – siempre es uno – obligar a pagar los impuestos a otros países y pueblos. De qué manera estos impuestos se distribuyen entre el aparato del gobierno, las élites y el pueblo de la metrópoli, así como la propia actitud entre estos tres sujetos del imperio, se discutirá más tarde analizando específicamente a los Estados Unidos. Ahora consideraremos los diferentes modelos de recaudación de impuestos a las colonias que existían en el pasado para ver cómo históricamente se ha transformado la recaudación de impuestos coloniales del imperio estadounidense.

1. Imperios Antiguos: el saqueo, tributos y el comercio de esclavos

Desde la antigüedad, todos los imperios han recurrido al método, lo más simple de recaudación de impuestos de otros pueblos, la conquista. La conquista de otros países estaba acompañada por la inmediata retirada de una gran parte de la riqueza que había acumulado el pueblo, es decir por el robo. El país mismo en el futuro era obligado a pagar a alguna forma el impuesto directo – un tributo, una parte de la población era secuestrada y esclavizada para ser utilizados como mano de obra o para una reventa baratísima. Esto hacían todos los imperios, incluido el sumerio, asirio, babilónico, egipcio, persa, macedonio, romano, varios chinos, manchuria, los imperios de los hunos, mongoles, incas, mayas, el imperio de Carlomagno, etc., etc. Unos imperios asimilaban los pueblos subyugados, otros los destruían, unos más les imponían su ideología en las tierras “natales” y algunos, su sistema administrativo, junto con su burocracia. Al final algunos ni siquiera se metían en los hechos interiores de sus colonias, sino que cobraban el tributo sin tener guarniciones permanentes en la tierra conquistada. Este método era bastante aceptable cuando la base de la economía mundial era agrícola y la productividad laboral en todo el mundo era prácticamente igual y muy baja.

2. Imperios ilustrados: la recaudación de impuestos de las colonias

El desarrollo de la industria artesanal en Europa y Rusia en la Edad Media, la aparición de su gran flota comercial y militar, así como la formación de grandes empresas comerciales hizo posible sustituir el modelo caro de los impuestos conquistados con un modelo menos conflicto y más rentable, el modelo de los impuestos coloniales. Su esencia era que la masiva y tecnológica (en éste momento) producción artesanal permitía el intercambio de bastante baratas, “civilizadas” mercancías – “perlas y espejos” – por mucho más valerosos – oro, especias, pieles, frutas exóticas, etc., etc. con el curso excesivo de valor. Por un cuchillo de acero, que costaba cinco peniques, a los habitantes de América del Norte, África o de India se podía cambiar una bolsa de piel o de las especias, que costaba diez guineas.
Los aborígenes sintieron rápidamente los beneficios del nuevo (colonial) impuesto sobre el antiguo (de la conquista). Primero, a ellos no los mataban tan frecuentemente, y segundo, por sus tesoros les daban algo a cambio… a primera vista, equivalente en valor. Como resultado los nuevos imperios comerciales recibieron el pleno apoyo de los habitantes de los países conquistados en la lucha contra sus antiguos “dueños”. Debido a esto, después de sólo unas pocas décadas los imperios antiguos, España y Portugal, han sido desplazados de la mayoría de los territorios conquistados y se establecieron progresivos, imperios “humanos” de nuevo tipo – Gran Bretaña, Francia, Holanda, Rusia, etc. (El modelo colonial de Rusia siempre ha sido algo distinto de la de otros imperios, pero en este artículo, no voy a discutir este tema como poco importante).
Sin embargo, de los que deseaban participar en el nuevo imperialismo colonial hubo mucho más que de las colonias mismas y los apetitos de los imperios ya formados siempre seguían creciendo. Además, algunas colonias de repente anunciaban sus propias pretensiones a la autonomía y las podían confirmar con fuerzas militares. Y los más insolentes – al estatus imperial y a la propia parte de las colonias como, por ejemplo, Estados Unidos. Por lo tanto, los Estados Unidos aparecieron por primera vez en la liga imperial en el siglo XIX, reclamando sus derechos a una gran parte a de las colonias de América Latina y del Pacífico, a las colonias, que pertenecían, principalmente, a España y Portugal. Y el primer modelo de la recaudación de impuestos externos que aplicaban Estados Unidos era el modelo clásico de los impuestos coloniales.
El resultado de la significativa escasez de los territorios indígenas gravados con impuestos fue una constante lucha entre los imperios por las colonias, que al principio del siglo XX dio lugar a la Primera Guerra Mundial. Por algún tiempo el problema se ha retirado debido a que los ganadores - especialmente los EE.UU., Gran Bretaña y Francia, compartieron entre ellos las colonias de los perdedores – de Alemania, Austria-Hungría, Imperio Otomano, Rusia y otros. Sin embargo, fundamentalmente esto no ha resuelto el problema y no podía resolverlo. Además debido al desarrollo rápido de la producción industrial, muy pronto apareció una dramática crisis mundial de sobreproducción de los años 1929-33, conocida como la Gran Depresión. Ya en el inicio de los años 30’s, Alemania, Japón, Italia, Rusia y otros países, después de haberse recuperado de la derrota en la Primera Guerra Imperialista, otra vez hicieron la pretensión a la redistribución de las colonias a su favor. El resultado de esto podía ser solo uno – la guerra total entre los antiguos, nuevos y reanimados imperios por la fiscalidad del mundo. Y esta guerra apareció; La Segunda Guerra Mundial.

3. El imperio americano: la fiscalidad monetaria

El resultado de la Segunda Guerra Mundial fue una situación sin precedentes. Todo el mundo, incluido ex-imperios, se encontraron bajo el control, o por lo menos bajo el impacto de las dos superpotencias; Estados Unidos y la URSS. Al mismo tiempo, al inicio de los 40’s del siglo pasado, la producción industrial en los Estados Unidos, impulsada por las tecnologías y los profesionales traídos de Europa, comenzó a crecer exponencialmente, y la flota comercial y aérea cada año se hacía más grande, más rápida y de mayor carga. Con esas oportunidades para la producción de productos baratos, su transportación a cualquier parte del mundo y, lo más importante, el control de un gigante mercado colonial, que incluía la mitad de la humanidad, los Estados Unidos para varias décadas se crearon gran flujo de los impuestos coloniales.
Pero luego, los estadounidenses hicieron un avance intelectual que ha superado con creces todos los métodos de estafa conocidos por los imperialistas británicos, los comerciantes holandeses, e incluso los banqueros judíos. ¿Para qué fregarse y competir con todos los esfuerzos por imposición fiscal colonial con los dominios – Gran Bretaña, Alemania, Japón, etc., cuando se puede imponer un impuesto sobre todo el comercio mundial tanto entre las colonias y dominios, como dentro de cada colonia? Por lo tanto, inmediatamente después de la guerra, en sustitución de la recaudación de los impuestos coloniales Estados Unidos introdujo la fiscalidad monetaria progresiva.
Su significado original era que todos los países en el comercio con los Estados Unidos, así como uno con el otro, utilizaban para el cálculo el dólar de EE.UU. Con el fin de garantizar el comercio internacional, todas las colonias y dominios de los Estados Unidos debían disponer de existencias de dólares proporcionales al volumen de sus negocios. A esta manera, en la medida de adherencia de los nuevos países de la zona comercial del dólar y en la medida del crecimiento del volumen de sus negocios, los Estados Unidos les cobraban los impuestos a ellos solo imprimiendo la nueva porción de los billetes, necesarios para realizar los negocios. A cambio ellos recibían los bienes reales como petróleo, oro, acero, cereales, maquinaria, etc. Y para que la demanda de dólares no estuviera disminuyéndose, los EE.UU. utilizaban con éxito los mecanismos monetarios del control del curso de su moneda. Esto le permitía devaluar los billetes que ya estaban en circulación y formar la demanda de los mismos. Incluso, si el volumen de negocios se estancaba, o al revés, podían revaluarlos y comprar baratos los activos industriales y activos de recursos naturales de las colonias.
Entonces, el uso de una moneda única en el comercio mundial era conveniente para todos. Incluso su pequeña devaluación por la inflación no ponía triste a nadie porque la mayoría de los dólares no era conservada en los almacenes sino todo el tiempo eran intercambiados por las mercancías. Por eso las perdidas reales de los comerciantes y productores por la inflación de dólar simplemente eran desplazadas al consumidor final extranjero. Así, si alguien no estaba contento, los Estados Unidos siempre han encontrado la posibilidad comprar o derrocar a este gobierno.

4. El imperio americano: fiscalidad de créditos

Sin embargo, ya al final de los 70’s, todos los limites de la absorción de dólares por el comercio mundial  fueron agotados, también a pesar de su devaluación en los periodos de las crisis mundiales a finales de los 70’s, principio de los 80’s. Allí, donde cualquier otro país hubiera elegido el camino de la reducción de los costos y del consumo interno, el imperio norteamericano pudo elegir solo uno: imponer la recaudación de los impuestos directos, a la manera de los imperios antiguos. Pero ahora esta recaudación se convirtió en los préstamos públicos “sin regreso” como pago por la protección del “Evil empire” (“El Imperio del Mal”, la URSS) y por la entrada al mercado estadounidense. Queriendo o no, pero la mayoría de los países tuvo que aceptar este impuesto por que la alternativa era una intervención o golpe de Estado o un bloqueo económico por los Estados Unidos. Además, por supuesto, todos tenían miedo de quedarse uno a uno con los “osos rusos”. Así en tan sólo 7 años, de 1981 a 1988, Estados Unidos aumentaron su deuda nacional en un 75%, de 12 a 21 billones de dólares.
Aunque no toda esta cantidad corresponde a los países y las instituciones extranjeros. Si no se hubiera cambiado nada, los Estados Unidos habrían agotado todos los recursos de todos los países bajo su control en los siguientes 10-12 años.
Pero el destino fue favorable a los Estados Unidos, empezó el colapso del imperio soviético. Desde finales de los años 80’s la zona de dólares comenzó a incluir uno tras otro los países de Europa Oriental, América Latina, África, China y, finalmente, Rusia y las ex republicas soviéticas. Los EE.UU. por algún tiempo redujeron el programa de la recaudación de los impuestos de créditos de sus colonias (durante 9 años a partir de 1988 a 1997 Estados Unidos aumentaron su deuda pública "sólo" a 30% - de 21 a 27,5 billones de dólares) y volvieron a cobrar los impuestos monetarios de los nuevos miembros de la “Comunidad de naciones amigos de EE.UU.”, ahora de casi toda la humanidad. Sin embargo, las oportunidades económicas limitadas de los países de la ex Unión Soviética no pudieron satisfacer el apetito de los Estados Unidos y naturalmente en 1997 llegó la crisis financiera mundial, que sin embargo no condujo a ninguna devaluación del dólar, ni a la eliminación de las causas de los desequilibrios económicos mundiales.
Aún así, aquí también los Estados Unidos recibieron buenas cartas. Casi todos los países en vías de desarrollo, incluido China, Rusia, Corea del Sur, Brasil, Argentina y otros, asustados por la catástrofe financiera que había pasado, empezaron a competir ofreciéndoles a los EE.UU. dinero en la deuda. Negándose todo, con excepción de lo esencial, la mitad de la humanidad empezó a acumular los dólares y pagares del gobierno de Estados Unidos, como el seguro de una nueva crisis financiera. Debido a esto, los Estados Unidos no sólo fue capaz de evitar la reducción de la recaudación de los impuestos extranjeros, sino incluso aumentarla. En siete años de 1998 al 2005, los EE.UU. pudieron aumentar la deuda nacional en un 55% de 27,5 a 43 billones de dólares. Además la recuperación de las economías de los países en vías de desarrollo, destruidas por la crisis financiera, causó una demanda adicional del efectivo internacional. Esto permitió casi duplicar el volumen de la masa de dólar, de 5 a 9,5 billones.
A principios del 2007, el tamaño de la deuda nacional de los EE.UU. era igual a más de 50 billones de dólares y la suma de los billetes emitidos era igual a más de 11 billones.

5. Imperio americano: el sistema tributario externo

Además de los impuestos extranjeros listados, del monetario y del de créditos, los Estados Unidos siguen utilizando las formas tradicionales de los mismos. Primero, es el viejo impuesto colonial. El objeto principal del comercio internacional, que tiene una alta rentabilidad, hoy es la producción de la industria de conocimientos: mercancías y servicios “high-tech”, objetos de la propiedad intelectual, incluso la tecnología, la marca de franquicias, etc. Aún el rol de este impuesto en las últimas décadas disminuía constantemente, debido al hecho de que muchos de los dominios de Estados Unidos (Gran Bretaña, Japón, Alemania, Corea del Sur y otros) están compitiendo con más y más éxito con la metrópoli por el comercio colonial de estos productos.
El siguiente impuesto extranjero importante es el impuesto de los recursos naturales. Es decir, concesiones para el desarrollo de los subsuelos, que los Estados Unidos reciben de los gobiernos de las colonias por un precio muy bajo. Muchas guerras y golpes militares que los Estados Unidos dirigían en la segunda mitad del siglo XX, están relacionados exactamente con la negación de las colonias a pagar el impuesto de los recursos naturales.
El impuesto de movilización era muy importante, especialmente durante la Guerra Fría. Su objetivo era que las colonias pagaran por el mantenimiento o hasta parcialmente financiaran el establecimiento de la infraestructura militar de EE.UU. en su territorio. Además de que compraran las armas estadounidenses excedentes para protegerse de la amenaza soviética. Hoy el rol del impuesto de movilización se ha reducido, pero lo siguen pagando por ejemplo Taiwán, en cierta medida Japón y Corea del Sur, así como las nuevas colonias de los Estados Unidos: los países de Europa Oriental.
También un impuesto muy importante es el impuesto intelectual, cuyo significado es la centrada importación de los recursos humanos de más valor, como científicos o ingenieros de las colonias; o compra casi regalado de las invenciones y tecnologías de las “nativas” sociedades científicas. Esto permite mantener la industria de los conocimientos, el ingreso principal del comercio internacional. Muy parecido es el impuesto “del trabajo”, cuyo sentido es la ubicación de producciones en países con bajos costos de mano de obra. Una forma modificada del impuesto monetario es el impuesto de las deudas: los gobiernos extranjeros reciben varias cantidades de dólares pero no de inmediato pagan por ellos con sus mercancías, sino con el tiempo y con intereses. Como herramientas de la recaudación de los impuestos extranjeros también se puede contar, en cierta medida, unos modelos de inversiones. Existe una variedad de los impuestos extranjeros más pequeños que cobran los Estados Unidos, pero en este artículo no hay sentido considerarlos.
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ОТВЕТЫ (1)
 
 
  Talagai ( Слушатель )
02 сен 2009 в 13:25

Ну, Чавесу или нет, но очень-очень многим из испаноязычной аудитории доказывать, что США берут колониальный налог, не надо. Для них эти вещи очевидны априори. А вот механизмы изъятия таких налогов им как раз будут интересны.  ;)
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